NUESTRA HISTORIA

Desde niña, siempre fui una soñadora.
Inspirada por mi bisabuela y mi madre, aprendí valores que hoy siguen guiando mi vida: respeto, esfuerzo y la certeza de que los sueños se alcanzan con trabajo y perseverancia. Así nació V.M. Jeans, de la mano de una adolescente que comenzó con una mochila, tocando puertas en casas, peluquerías y comercios, con la ilusión de crecer y dejar huella.

Con el tiempo, aquel sueño se transformó en mi primer local, donde trabajé con todas mis fuerzas mientras criaba a mis hijos, quienes son mi mayor motor y mi razón de ser. El nombre V.M. Jeans. no solo representa mis iniciales, sino también a mi hermano Matías y a mis dos hijos, quienes son mis ojos y mi vida.

Cada paso que doy, lo hago desde el corazón y con un significado profundo.
El camino no fue fácil. Con valentía me lancé a fabricar, a arriesgarme y a crecer, llevando siempre conmigo el apoyo de personas que marcaron mi historia: Melisa, encargada del local y pieza fundamental de esta historia, quien con amor, compromiso y dedicación se convirtió en familia para todos nosotros, reflejando los valores que nos identifican y el cariño con el que tratamos a cada cliente.y mi ángel Agustina, mi hermana, que aunque no está físicamente, me guía y me da fuerzas en cada decisión.

Hoy, después de superar desafíos como la pandemia y atravesar distintos locales, hemos encontrado en Carmelo un hogar desde hace nueve años. Aquí hemos aprendido que todos los clientes son valiosos: tratamos con el mismo respeto a quien compra algo pequeño como a quien realiza grandes adquisiciones, porque gracias a ellos este sueño sigue vivo.

Y seguimos creciendo: recientemente abrimos nuestro segundo local en Colonia, un nuevo paso que representa la constancia, el amor y la confianza que nuestros clientes nos brindan día a día.

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Este proyecto creció, se transformó y hoy lleva el nombre de quien marcó mi vida: Dolce Agostina. Es un homenaje lleno de amor, un símbolo de fortaleza y la representación de que los sueños, cuando se persiguen con el corazón, se hacen realidad.

Agustina, mi hermana, mi ángel, mi protectora, esa mariposa que vuela y se posa en cada uno de mis proyectos. Gracias a vos por el tiempo que estuviste y por todo lo que me estás enseñando.

Dolce Agostina, serás eterna.

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